El peronismo controlará un tercio de la Legislatura y Juan Manuel Olmos será clave para que el oficialismo pueda mantener la gobernabilidad. Entre aliados y diputados amigables, el PRO tiene 18 bancas y deberá negociar para conseguir mayorías.
Los 20 legisladores del PJ lo convierten en la primera minoría parlamentaria. Olmos estaba en el puesto 11 y no logró ingresar a la Legislatura. Pero eso es un detalle: el auditor es quien marca la estrategia del partido.
Olmos es parte del círculo rojo porteño y junto a Daniel Angelici forjaron acuerdos varios que les dieron un amplio poder en la justicia local. El último cierre de listas dejó a casi todos los sectores del peronismo adentro y por el momento hay paz en el bloque. No está claro que la buena sintonía continúe.
“La gobernabilidad hay que buscarla con Olmos”, dijeron en el PRO. El oficialismo conservará 11 bancas: puso en juego seis y obtuvo cinco. No todos son macristas: Facundo Del Gaiso pertenece a la Coalición Cívica. Además, sumaría a Pablo Donati, alineado con Ricardo López Murphy.
Angelici lidera a tres legisladores del bloque radical, que tiene otros dos miembros referenciados en Martín Lousteau. Los ex libertarios Eugenio Casielles, Sandra Rey y Edgardo Alifraco son otros tres diputados que tienen buena sintonía con el gobierno porteño.

Ese poroteo le da al oficialismo 18 bancas sobre 60. Graciela Ocaña lidera un bloque de dos legisladores que se fusionará con el larretismo.
Horacio Rodríguez Larreta conducirá entonces un bloque de cinco diputados. El tono de la campaña fue virulento con el oficialismo. “No vamos a hacer locuras, no vamos a ir contra de la gobernabilidad”, aseguraron de todas maneras en el entorno del ex jefe de Gobierno.
Los libertarios consiguieron 11 bancas, que se suman a las 2 que tienen hasta 2027. Ese resultado los convierte en el segundo bloque más numeroso. En el oficialismo consideran difícil lograr consenso con La Libertad Avanza, que desde hace más de un año vota en contra de todas las iniciativas de gobierno.
La izquierda, que posee dos bancas es el aliado más improbable del oficialismo.