Luego de que su sentencia fuera reducida, los hermanos podrían salir de prisión bajo libertad condicional, sin embargo, esta solo es una pequeña victoria en su larga batalla legal
En un giro inesperado en uno de los casos criminales más notorios de Estados Unidos, Lyle y Erik Menéndez, condenados por el asesinato de sus padres en 1989, han visto reducida su sentencia, lo que los hace ahora elegibles para libertad condicional. El juez Michael Jesic, del Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles, tomó esta decisión en una audiencia de resentencia celebrada el 13 de mayo, tras considerar que los hermanos han mostrado avances significativos durante sus 35 años en prisión.
El caso de los hermanos Menéndez, quienes en 1996 fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por asesinato en primer grado y conspiración para cometer asesinato, ha vuelto a captar la atención pública gracias a la reciente serie de Netflix, “Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story”, que se estrenó en septiembre de 2024. La producción, que explora los eventos que llevaron al crimen y las dinámicas familiares, ha generado un renovado interés en el caso, acumulando más de 12 millones de visualizaciones en su primer fin de semana.
La decisión de resentenciar a los hermanos se basa en la ley de delincuentes juveniles de California, que permite a personas que cometieron delitos graves antes de los 26 años solicitar una reducción de su condena. En el momento del crimen, Lyle tenía 21 años y Erik 18. Actualmente, tienen 57 y 54 años, respectivamente.
¿Podrían los hermanos Menéndez salir de prisión pronto?

No obstante, la decisión no estuvo exenta de controversia. La oficina del fiscal del distrito de Los Ángeles expresó su oposición, argumentando que los hermanos no han asumido completamente la responsabilidad de sus actos y que continúan justificando su conducta. Según el fiscal, un informe de evaluación de riesgos indicó que los hermanos representan un “riesgo moderado de violencia” para la sociedad. A pesar de esto, los Menéndez se dirigieron al tribunal mediante videollamada, ofreciendo disculpas por sus acciones y expresando su deseo de trabajar con víctimas de abuso sexual y apoyar a personas encarceladas si se les concede una segunda oportunidad fuera de prisión.
El futuro de los hermanos ahora depende de la Junta de Libertad Condicional de California, que ha programado una audiencia para los días 21 y 22 de agosto. En esta instancia, se evaluará si los Menéndez pueden ser liberados bajo las condiciones de su nueva sentencia. Además, el gobernador de California, Gavin Newsom, quien previamente ordenó una evaluación de riesgos sobre los hermanos, tendrá la última palabra sobre cualquier recomendación de libertad condicional. Newsom también está considerando una solicitud de clemencia que podría incluir un perdón completo.
Qué hicieron los hermanos Menéndez y por qué están en prisión

El caso de los Menéndez ha sido objeto de intenso escrutinio desde el principio. En la noche del 20 de agosto de 1989, los hermanos dispararon múltiples veces contra sus padres, José y Kitty Menéndez, en su mansión de Beverly Hills. José, un ejecutivo de Hollywood de 45 años, recibió seis disparos, mientras que Kitty murió tras ser alcanzada por 10 disparos de escopeta. Inicialmente, los hermanos afirmaron haber encontrado a sus padres muertos al regresar a casa, pero fueron arrestados después de que la novia de un psicólogo que trataba a Erik informara a la policía sobre amenazas realizadas por este último, según recapituló la BBC.
Durante los juicios originales, los hermanos alegaron que actuaron en defensa propia tras años de presunto abuso físico, emocional y sexual por parte de su padre. Sin embargo, los fiscales argumentaron que el motivo real era heredar la fortuna multimillonaria de sus padres. En 1993, los hermanos fueron juzgados por separado, pero ambos juicios terminaron en jurados divididos. En 1995, fueron juzgados juntos, y el juez excluyó pruebas relacionadas con los supuestos abusos. Finalmente, en 1996, fueron condenados por asesinato en primer grado.